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Un vínculo de biodiversidad urbana y cultural

En la vibrante ciudad de Pereira, en el corazón del Eje Cafetero colombiano, conviven entre el bullicio citadino, las iguanas y los guatines, todo un tesoro de la fauna urbana y se destacan no solo por su singularidad, sino también por la interesante relación que establecen con los seres humanos. Las iguanas y los guatines juegan un papel crucial en nuestros ecosistemas urbanos. Son dispersores de semillas, lo que significa que ayudan a la regeneración natural de la vegetación y contribuyen a la biodiversidad de áreas verdes, vitales para mantener el equilibrio de nuestro entorno natural.

Siendo foránea en Pereira, también conocida como La Perla del Otún, encuentro sorprendente como se despliega este universo maravilloso entre las ramas, a muy cortas distancias de mi casa y de una de las avenidas principales, el guatín al igual que la iguana son esquivos y corren ágilmente para escapar de sus depredadores, sin embargo pueden acostumbrarse a la presencia humana, también comparten  la habilidad para trepar árboles y cautivan con sus movimientos ágiles y pausados. No puedo evitar reflexionar sobre las semejanzas entre sus comportamientos y el de las comunidades humanas. Al igual que estos animales, las sociedades a menudo se adaptan y evolucionan en entornos cambiantes. Sus capacidades para encontrar refugio en los rincones más inesperados del bosque reflejan la habilidad humana para sobrevivir y prosperar en circunstancias adversas. Al explorar sus patrones de comportamiento, su estructura social y su impacto en el ecosistema circundante, podemos aprender lecciones importantes sobre la importancia de la coexistencia pacífica y el respeto por todas las formas de vida.

Finalmente, estas dos curiosas especies que se contonean a lo largo y ancho de los parques de Cuba, Corales y La Villa en la ciudad de Pereira, emergen como un símbolo fascinante de la interconexión entre la naturaleza y la sociedad humana. Estos personajes irradian un brillo especial que no se puede precisar, y se levantan como un reflejo del trabajo mancomunado, de cooperación familiar y trabajo colectivo. Han ganado su lugar, su territorio, de la misma manera en que las migraciones han dado forma a la ciudad.

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